Al entregar a su Hijo por nuestros pecados, Dios manifiesta que su designio sobre nosotros es un designio de amor benevolente que precede a todo mérito por nuestra parte: "En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que El nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados". "La prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros".
viernes, 10 de abril de 2009
Archivo del blog
-
►
2014
(12)
- ► septiembre (1)
-
►
2013
(23)
- ► septiembre (4)
-
►
2012
(37)
- ► septiembre (3)
-
►
2011
(62)
- ► septiembre (2)
-
►
2010
(67)
- ► septiembre (6)